Ahh octubre… se siente en el aire el Reinado Nacional de la Belleza de Cartagena, ese certamen anual que une a todos los colombianos en una gran familia, que saca lo mejor que hay en todos nosotros, que hace de Bogotá y la provincia una sola región. Ya vienen las colas, las operaciones, las cuchi-barbies criticonas, las envidias, los escándalos, los desfiles, las favoritas, la coronación, los puntajes, el ramillete.
A propósito del reinado y de la muerte de un niño hace unos meses en la piscina del Cartagena Hilton, algunos periodistas, especialmente Felix De Bedout, insisten vehementemente en que en dicho lugar no se debe realizar el certamen de belleza hasta tanto se esclarezcan los hechos que llevaron a tan desafortunado desenlace.
Ciertamente que es triste la muerte de un huesped por negligencia del hotel, especialmente trantándose de un niño, pero no se entiende qué que quiere esperar el señor De Bedout. Finalmente la justicia se pronunciará tarde o temprano y la cadena hotelerá, si se demuestra su responsabilidad que es lo mas posible, pagará y pagará varios millones de dólares. Desde luego que ninguna cantidad cubre el daño causado a los padres del niño, pero es la única forma en que la justicia tasa la responsabilidad o daño causado. El proceso está en curso y cuando se defina quedará pagada la responsabilidad de la Hilton si es que la hay.
Asi, no se entiende que los periodistas, especialmente De Bedout, desarrollen con terquedad esta campaña para que no se realice el reinado en la piscina del Hilton; la justicia cojea pero llega, no hay necesaidad de que los comunicadores tomen la justicia por su propia mano. ¿Si o no?
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