¿Creen que Eduardo Merlano, el senador sincelejano que se negó a hacerse una prueba de alcoholemia, y consideró legítima esta decisión (porque lo era), renunciará? ¿Creen que cederá ante la presión de 50 mil twitteros que desean que el hombre, vivo ejemplo de que en este país la justicia es para los de ruana, deje el cargo por conducir ebrio? Según el, estaba sobrio y no “dirá mas nada al respecto”. Su partido, la U, está avergonzado, pero el no. Y tranquilos, que el va a salir impune.
Porque solo falta, dentro de nuestro valioso ramillete político, tener a un político que se deje pillar en La Piscina, a otro que se deje pillar con uno de su mismo sexo (y que para colmo sea conservador), y ya estamos hechos. Yo no sé qué si los que quieren que el irresponsable senador costeño renuncie vayan a conseguir algo, porque joyas peores hemos tenido. ¿Ven a Juan Manuel Corzo, con su sueldito de 16 milloncitos, fuera del Senado? No, antes los monigotes que elegimos por tamales o puestos lo proclamaron el año pasado como el mejor de todos ellos.
¿No me creen aún? veamos otro caso: Liliana Rendón, que se hizo enemiga de las mujeres de este país (no me extrañaría que Florence Thomas le tenga muñequito vudú), ¿dónde está? ¿Escarmentada, avergonzada? Despierten, palomitas: Sigue tan campante. Si el Bolillo pudo seguir con su vida, así fuera mal dirigiendo al Deportivo Independiente Medellín, ¿porqué no estos honrados servidores públicos, a los que al fin y al cabo, les vale cuerno la gente?
Solo deben pedir disculpas en Twitter, y suerte, se siguen ganando las millonadas. Por estos antecedentes, sobre los que la justicia actúa mas bien tarde, y por como conozco a mi terruño, solo digo: Merlano, ¿renuncie? Si, claro, para cuando lo acusen de lo que se le investiga, pero eso es equivalente al momento en que Sábados Felices se acabe.
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