El decimoquinto capítulo trajo de retorno la soporífera prueba de Capitanes. A El Loco se le perdió su escapulario, generando la escena dantesca del principio del capítulo. Al momento de elegir capitanes, sobresale el resquemor de Andrés, que Kelly explica muy bien: “En la playa soy cachaco, en la competencia soy verde”. Los capitanes naranja, verde y azul elegidos fueron Roland, Arlex y Luis, respectivamente.
Carisma, sensatez y liderazgo son las características que pide Margarita Rosa en este duelo, que será la clásica de resistencia sostenidos en un tronco. El beneficio grupal era hamburguesas con papas y malteadas y de contraparte, dinero. Ganóla competencia Roland, pues éste supo distribuir mejor su cuerpo. El isleño prefiere optar por el premio individual y la ruleta le dejó 11 millones de pesos. Tras la llegada de los 3 capitanes, sigue el drama en Playa Alta entre Diego y Ceidy.
Nuestro episodio 16 inicia con Margarita Rosa recordándonos que en esta temporada 41 participantes (36 nuevos y 5 repitentes) han estado en las Playas del Desafío disputándose la Piedra Sagrada y ya solo restan 20. Y hoy es Desafío de salvación. Todos quieren tener buenas energías, pero en los naranjas el tema “sacar al Burrito” suena en el ambiente por parte de las mujeres y Paisaman, y por el lado verde, sigue la dicotomía convivencia vs competencia. La prueba consistió en una pirámide de cubos que deberán llenar de arena, pasando por una serie de obstáculos.
Luego deberán rearmar la pirámide, alguien deberá subir por una bandera,
marcando el equipo ganador. Los azules tomaron la delantera, seguidos de cerca por los verdes, y luego los naranjas entraron en la pelea, mientras al equipo sobreviviente parecía faltarles el aire. En la reconstrucción de la pirámide. La ventaja de los azules les permite conservar sus ya seis integrantes, habitantes en Playa Baja, ante el pobre desempeño de los verdes y el discreto de los naranjas.
Los paisas le dedican su premio a Nalú. Y aun con risas de frente, los cuchicheos entre los naranjas hacen ver que la tenue luna de miel se volvió de hiel. Los verdes siguen en su calma chicha, en medio de sus rencillas de “perdonar pero no olvidar”. Me preocupa que el loco siga hablando de sentirse como una loca, claro, en tercera persona, y los masajes le sirven a Paisaman para seguir comploteando con las mujeres de su equipo.
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