Víctor Mallarino nos habla sobre la cuenta regresiva que representan estos días y este reto de hoy, y Daniel quiere ganarse el brazalete para tener la oportunidad de “actuar” – ¿mas de lo que sobreactúas?-, pero esa pose le sienta fatal y ridícula a sus coequiperos, mas después del “píntela que yo se la coloreo” que le plantó el isleño en el episodio anterior, y que nos hace vivir un ambiente de tensa calma hasta con unas pinches botas. La situación es clara: nadie se soporta al infumable Daniel y su cizaña permanente.
Toya presenta la prueba, que, por lo que se ve, será en el agua y con obstáculos, donde deberían traer un cartel contentivo del nombre de los jugadores. Un conversatorio previo dentro de lo previsible. Deberían prohibirle a Daniel hacer su estornudo-grito habitual, que ya con la musicalización de la prueba tenemos demasiado ruido. Eider toma la delantera, seguido de Jonathan y Leonardo.
Hora de halar las cuerdas con las boyas y la resistencia hace a algunos caerse de la plataforma y resignar sus opciones, mientras Nativo logra, casi sin despeinarse, obtener primero su placa y ganar el segundo brazalete de este ciclo (y no, Nativo, no necesitamos que seas una suerte de otro Profesor Yarumo). Nueva prueba en que las chicas brillaron por su ausencia…
De retorno en la playa, sigue en el aire el asunto del famoso “clásico”, del que hablamos en el episodio 73. Aunque Nativo promete que no votaría a Jonathan para nominarle, se que William (chupando piña, en el sentido literal de esta frase) la tiene clara, su deseo es aliviar su camino ( propio de un mediocre como él, y me vale cinco su brazalete), y así las cosas, visto el “incidente de la canoa mojada” – no sean malpensados- entre las chicas, puede que este domingo ( ¿o el lunes? ¿O el martes?…tanto cambio me perturba), la pesada convivencia con Daniel puede tocar a su fin…o agravarse…
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